La policía realizó una lista con las piezas que han sido sustraídas en el país y que hasta ahora mantienen un destino desconocido. Encabeza la lista la Natividad de Caravaggio, perdida desde 1969.

El Comando de Carabineros para la Tutela de Patrimonio Cultural de Italia sigue el rastro de una larga lista de importantes obras robadas, pero diez de estas piezas que un día desaparecieron sin dejar rastro quitan aún el sueño a los agentes y a los amantes del arte.
Encabeza la lista de las diez obras de arte robadas más buscadas por los carabineros italianos la Natividad, de Michelangelo Merisi, mejor conocido como Caravaggio, la cual fue sustraída durante la noche del 17 de octubre en 1969 en el oratorio de San Lorenzo, en Palermo (Sicilia), y cuyo valor es incalculable.
Un miembro arrepentido de Cosa Nostra, la mafia siciliana, Francesco Marino Mannoia, explicó durante un juicio en 1996 cómo se había robado el cuadro: arrancándolo del marco con una hoja de afeitar, lo que le había causado importantes desperfectos.
"Cuando el comprador lo vio se echó a llorar y decidimos destruirlo porque era invendible", reconoció entonces Mannoia.
Sin embargo, las esperanzas de encontrar esta obra maestra de Caravaggio resurgieron cuando el despiadado miembro de Cosa Nostra Giovanni Brusca intentó, aunque sin éxito, negociar un mejor trato carcelario a cambio de información sobre el paradero del cuadro.
El también mafioso Salvatore Cangemi aseguró durante otro proceso que el lienzo no se ha destruido y que se expone durante las reuniones de Cosa Nostra como "símbolo de su poder".
"El hecho de que muchas de estas obras hayan desaparecido hace tantos años no nos desalienta y continuaremos buscándolas siempre", explicó Raffaele Mancini, responsable del Comando de Carabineros para la Tutela de Patrimonio Cultural.
Otra de las espinas clavadas en el patrimonio artístico italiano, según la lista hecha pública por los Carabineros, es la del robo en 1994 en la Iglesia de Aracolei en Roma del Bambinello (Niño Jesús), una imagen sagrada realizada sobre madera policromada y recubierta de piedras preciosas, oro y perlas, que fue trasladada de Jerusalén a Roma en el siglo XV.
Además del incalculable valor artístico y económico, la talla tiene para los fieles romanos un importante valor afectivo y simbólico.
Durante cuatro siglos fue adorado al asegurarse que curaba a los enfermos y cada 6 de enero, fiesta de la Adoración de los Reyes Magos para los católicos, se colocaba a los pies de la entrada de su iglesia para que bendijese a la ciudad.
El robo provocó manifestaciones de fieles y vigilias nocturnas para pedir a los ladrones, que se cree podrían ser simples delincuentes interesados tan sólo en las piedras preciosas, que devolviesen a la ciudad a su "Bambinello".
"El Bambinello ha sido robado en multitud de ocasiones durante la historia, pero siempre ha regresado. Esperamos que ocurra lo mismo esta vez", añadió Mancini.
Con un gancho deslizado desde una claraboya, los ladrones se llevaron el 21 de febrero de 1997 de la Galería de Arte Moderno Ricci Oddi, en el centro de Piacenza (norte de Italia), el Retrato de Señora, lienzo de incalculable valor de Gustav Klimt fechado entre 1916 y 1917.
El cuadro "es demasiado conocido como para poder venderlo", por lo que la única pista es la de un robo bajo encargo de un apasionado del artista austríaco.
Un raro dibujo a sanguina que representa a San Juan realizado por el polifacético Leonardo da Vinci también desapareció para siempre del Museo Baroffio de Varese (norte) en mayo de 1973.
La lista continúa con algunos cuadros de artistas que representan la historia pictórica de este país como Ecce Homo, el pequeño óleo (45x36 centímetros) de Antonello da Messina que fue sustraído en julio de 1974 en el Museo Broletto de Novara (norte).
O, también, La Virgen del Huerto, de Giovanni Bellini, que desapareció en 1993, y La Sagrada Familia del Clavel, de Benvenuto Tisi, que fue saqueada en 1975.
Asimismo, se sigue sin saber el paradero de La Virgen Costurera, de Francesco Cozza; La Virgen, el Redentor y San Francisco de Asís Orantes, de Mattia Preti, y el Martirio de San Erasmo, del máximo representante del Barroco francés, Nicolas Poussin.
EFE