La verdad es que mi experiencia con el bodegón o también llamada naturaleza muerta no había sido muy fructífera, hasta ahora, tampoco sabía de su importancia en la historia del arte, lo había visto alguna vez tras mis visitas a la red, sin suministrarle mayor valor a esta labor. Particularmente el concepto de bodegón, en general, es toda aquella pictórica que trata de la cosa del interior de los hogares, pero referida casi exclusivamente a objetos de uso doméstico.


Para explicar la jerarquía del bodegón debo partir con la historia, donde los objetos de la vida de cada día, especialmente de las flores y de los comestibles, han sido el tema favorito para los pintores desde las épocas griegas, en que las pinturas de las flores, frutas y pescados, aunque el alimento no sólo fue pintado en las paredes, sino también trabajado en mosaico, en los pisos de palacios y de baños.


Pero el bodegón en la pintura Europea occidental realmente consiguió su comienzo con el simbolismo cristiano esotérico, convirtiéndose en una lengua compleja durante tiempos medievales y del renacimiento. La vida inmóvil vino a ser llamada “Nature Morte” o “Naturaleza Muerta”, un arte que se enfocaba en connotaciones inanimadas, con o sin alegorías.


El bodegón en Italia aparece de forma exenta con Caravaggio “cesta de la fruta”, que es el primer pintor conocido que realiza un tema de naturaleza muerta como único motivo del cuadro. A partir de aquí este género se extiende hasta la actualidad.


En la edad moderna, la naturaleza muerta ha adquirido un nuevo papel. Los objetos inanimados en la nueva vida inmóvil expresan el misterio del mundo en su relación con el espacio que habitan de una manera fundamental: el ojo que informa a la mente las correspondencias cósmicas entre las formas y el espacio. Morandi (1890-1964) trajo detrás una plasticidad de repuestos y formalidad a la naturaleza muerta con una gran gama de colores sugestivos de la pintura romana. Don Pablo Ruiz Picasso (1881-1973) detono el género, torciéndola en formas previamente inconcebibles usando una variedad amplia de permutaciones estilísticas a través de su larga carrera.


En general me agrada el bodegón porque cumple la función de generar oficio en el pintor y del mismo modo, es el primer paso hacia la naturaleza viva. También se ha manejado como estancia para el descubrimiento de nuevas técnicas y probar conceptos nuevos. Hoy en el mercado, la demanda de bodegones puede también, ser en parte, un contragolpe al arte convertido a digital y reproducción mecánica.

El bodegón es el gran protagonista de la historia del arte, cargado de significación, más allá de la mera representación figurativa. Hay que poner atención a la poesía en esos bodegones, a las metáforas, como el de la vida y la muerte, frutas y vegetales. En esto reside la idea de clásico, que tiene más de lo que aparenta y en donde los artistas pueden elegir los objetos que desean pintar y componer de tal manera de expresar su propio punto de vista del mundo y por lo tanto implica la idea de la libertad artística, pero que hoy en día se desconoce o no se sabe apreciar.