El cliente intentará jugar al diseñador e intentará ser él quien tome todo el control del proceso creativo. Es ahí cuando debes comenzar a aconsejarle sobre los posibles conceptos que le puedan ayudar a llevar su mensaje. Este debe ser el momento para el intercambio de ideas. Escucha claramente lo que tenga que decir, toma nota de las valiosas sugerencias que te diga, descartando todo lo demás.
Nunca critiques las ideas del cliente. Siempre intenta explicarle porque descartas una u otra idea, para que el tenga un mayor entendimiento de cómo pretendes desarrollar el Diseño.
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