La peor página web del mundo no es, precisamente, tarea de un inexperto. Al contrario: sus creadores buscan, con ella, educar sobre lo que no se debe hacer al crear una página.

Colores inadecuados, letras indescifrables, mucha publicidad, exceso de animaciones, música molesta y un largo tiempo de carga son algunos de los pecados que no se deben cometer en el diseño.

Por otro lado, la información desactualizada, enlaces largos, erróneos o que no llevan a página alguna son errores en el contenido.